viernes, abril 27, 2007

Por qué el Software no debería tener propietarios

El sistema copyright se aplicaba anteriormente en la imprenta como una tecnología para producir copias en masa, restringía a los productores masivos de copias. Con la aplicación del sistema no coartaba la libertad de los lectores de libros. Un lector corriente, que no poseyese una imprenta, sólo podía copiar libros a mano, con pluma y tinta, y pocos lectores fueron demandados por ello.

La tecnología de la información y comunicación TICs, ha evolucionado a tal velocidad que contribuye a realizar copias y modificación de la información en todos los formatos disponibles. Más aún si sabemos que la tecnología digital es más flexible que la imprenta, cuando la información tiene un formato digital, ésta se puede copiar fácilmente para compartirla con los demás. Es ésta flexibilidad la que no encaja con un sistema copyright.

La mejora constante del sistema copyright, a conllevado asignar a nivel de ``propietarios'' a los diseñadores de software, y muchos de estos ``propietarios'' pretenden negar el beneficio potencial del software al resto del público. Ésta es la causa del empeño de las empresas de comercializadoras de software, en desarrollar un sistema copyright, generar “concienciación” en el público, para usar productos originales solamente. Para cumplir con estos objetivos plantean varios métodos de publicidad:
  • Propaganda masiva diciendo que no se debe desobedecer a los propietarios para ayudar a los amigos.
  • Ofertas a soplones para que informen acerca de sus compañeros y colegas.
    Redadas en oficinas y escuelas (con la ayuda de la policía), en las que se conmina a la gente a que pruebe que son inocentes, que no han realizado copias ilegales.
  • Persecución (por parte del gobierno de los EE.UU., a petición de la SPA) de gente como David LaMacchia, del MIT (Massachusetts Institute of Technology), por el simple hecho de no vigilar los servicios de realización de copias, y no censurar su uso.

Estas cuatro prácticas se asemejan a las utilizadas en la antigua Unión Soviética, donde toda máquina copiadora estaba vigilada por un guarda para evitar copias prohibidas, y donde los individuos tenían que copiar la información secretamente y pasarla de mano en mano como ``samizdat''.


Estas grandes compañías de negocio del software, esgrimen diversos argumentos para otorgarse el poder de controlar el mercado, como utilizando términos de ``piratería'' y ``robo'', así como terminología pericial como ``propiedad intelectual'' y ``perjuicio'', a fin de generar una línea de pensamiento analogía simplista entre programas y objetos físicos. Nuestras ideas e intuiciones acerca de la propiedad de los objetos materiales se centran en si es correcto o no quitarle un objeto a alguien. No se aplican directamente a la copia de los objetos. Pero los propietarios quieren que lo apliquemos también a la copia.

Los propietarios de software dicen que sufren ``daños'' o ``pérdidas económicas'' cuando son los usuarios copian los programas. Pero la copia no causa un efecto directo en el propietario, y no daña a nadie. El propietario sólo puede perder si la persona que hizo la copia hubiese pagado por una proporcionada por el propietario. Reflexionando un poco, la mayor parte de esas personas no habrían comprado copias. Sin embargo, los propietarios calculan sus ``pérdidas'' como si todos y cada uno de los usuarios hubiesen comprado una copia.

Los propietarios muestran a menudo la situación legal actual sobre la “piratería”, y las severas penas a ser sometidos cuando se las descubren compartiendo software. En este enfoque está implícita la sugerencia de que la ley refleja una moralidad incuestionable, aunque al mismo tiempo somos instados a considerar estas penas como algo natural que no puede ser imputado a nadie. Esta forma de persuasión no está diseñada para ser rebatida por un pensamiento crítico, sino que tiene la intención de reforzar una manera habitual de pensar.

Pero el hecho de que utilices o cambies un programa que yo escribí te afecta directamente a ti, y a mí sólo me afecta indirectamente. Si le das una copia a tu amigo, os afecta a ti y a tu amigo mucho más de lo que me afecta a mí. Yo no debería tener el poder de decirte que no hagas esas cosas. Nadie debería tenerlo. La segunda razón es que se le ha dicho a la gente que los derechos innatos de los autores son una tradición incuestionable en nuestra sociedad.

Pero el que un programa tenga o no propietarios afecta a lo que es, y a lo que se puede hacer con una copia si se compra. La diferencia no es sólo una cuestión de dinero. El sistema de propietarios de software alienta a éstos a producir algo, pero no a producir aquello que necesita realmente la sociedad. Y esto provoca una polución ética intangible que nos afecta a todos.

¿Qué necesita la sociedad? Necesita información que esté realmente disponible para sus ciudadanos. Por ejemplo, programas que la gente pueda leer, corregir, adaptar y mejorar, no sólo utilizar. Pero lo que normalmente distribuyen los propietarios es una caja negra que no podemos estudiar o modificar. La sociedad también necesita libertad. Cuando un programa tiene propietarios, los usuarios pierden la libertad de controlar parte de sus propias vidas.

Y por encima de todo, la sociedad necesita alentar el espíritu de cooperación voluntaria entre sus ciudadanos. Cuando los propietarios de software nos dicen que la ayuda a nuestros vecinos es una forma de ``piratería'', están corrompiendo el espíritu cívico de nuestra sociedad.

Por ello decimos que el software libre se refiere a las libertades, y no a la gratuidad. El argumento económico que esgrimen los propietarios es erróneo, pero el problema económico general es real. Hay gente que escribe software de utilidad por el placer de escribirlo o por admiración y amor. Pero si queremos tener más software que el que esta gente escribe, necesitamos conseguir fondos para ello.

Como usuario actual de computadoras, puede que estés utilizando un programa propietario. Si tu amigo te pidiese una copia, estaría mal que te negases a hacérsela. La cooperación es más importante que el copyright. Pero la cooperación clandestina, encubierta, no contribuye a formar una buena sociedad. Cualquier persona debería aspirar a vivir abiertamente, erguido, con orgullo, y esto significa decir ``No'' al software propietario.

Linux como un sistema operativo, es uno de los paradigmas más prominentes del software libre y del desarrollo del código abierto, cuyo código fuente está disponible públicamente y cualquier persona puede libremente usarlo, estudiarlo, redistribuirlo y, con los conocimientos informáticos adecuados incluso modificarlo.

Fuente: Richard Stallman, Linux

jueves, abril 19, 2007

El docente como facilitador en la Enseñanza - Aprendizaje


El docente debe estar bien preparado en relación a su rol para asumir la tarea de educar a las nuevas generaciones y ello implica no sólo la responsabilidad de transmitir conocimientos básicos, sino el compromiso de afianzar valores y actitudes necesarios para que puedan vivir y desarrollar sus potencialidades plenamente, mejorar su calidad de vida, tomar decisiones fundamentales y continuar aprendiendo.

El maestro debe interactuar con las instituciones
y los padres de familia, ser docente es tener la oportunidad de enfrentarse cada día a una caja de sorpresas; una sonrisa, el llanto, un logro, un interrogante difícil de responder, situaciones que hacen del ejercicio académico un rol gratificante y un reto permanente como "facilitador de los aprendizajes" a través del uso de nuevas tecnologías.

La facilitación es el proceso de conducir a un grupo a través del aprendizaje. El enfoque parte de la base que cada persona tiene como algo único y valioso que aportar. Sin la contribución y conocimiento de cada persona, la habilidad del grupo para entender o responder a una situación puede reducirse.

El papel del facilitador es extraer el conocimiento e ideas de los diferentes miembros de un grupo, ayudar a animarlos a que aprendan los unos de los otros y a pensar y actuar en conjunto; por tanto un facilitador es alguien que:
  • Reconoce las fuerzas y habilidades de los miembros del grupo y ayuda a que se sientan cómodos en compartir sus esperanzas, preocupaciones e ideas,
  • Apoya al grupo, dando confianza a los participantes para compartir y probar nuevas idea,
  • Valora la diversidad y es sensible a las diferentes necesidades e intereses de los miembros del grupo, estas diferencias podrían deberse al género, la edad, la profesión, la educación, la condición económica y social,
  • Lidera con el ejemplo mediante actitudes, enfoque y acciones.

La enseñanza tradicional involucra el compartir la información en una sola dirección – de maestro a estudiante, la facilitación involucra el compartir la información en varias direcciones – entre el facilitador y el grupo y entre los miembros del grupo. El educador brasileño Paulo Freire creía que la educación debe ser liberadora, por tanto en lugar de respuestas a los aprendices, la educación debe apuntar a aumentar la conciencia de los aprendices para que ellos puedan identificar los problemas y sus causas y encontrarles las soluciones.

El facilitador ayuda al grupo a través de preguntas que animan a nuevas maneras de pensar y analizar la situación. La relación entre un facilitador y un grupo de adultos es diferente de la de un maestro y una clase. Por ejemplo, un maestro normalmente presenta las ideas desde adelante, pero un facilitador normalmente se sienta con un grupo y anima la discusión de grupo. Un facilitador involucra al grupo en actividades que ayuden a los adultos con niveles bajos de educación formal, alfabetización o confianza a tomar un rol pleno, mientras que un maestro normalmente tiene una relación formal con sus estudiantes en la que el maestro está en una posición de autoridad. La relación del facilitador con los miembros del grupo está basada en la confianza, respeto y un deseo de servir.

¿Qué hace que un facilitador sea bueno?
Un buen facilitador tiene ciertas características personales que animan a los miembros del grupo a participar, incluyen la humildad, generosidad y paciencia, combinadas con comprensión, aceptación y afirmación; son dones que todos los maestros haríamos bien en desarrollar.

Un buen facilitador también necesita varias habilidades (ver el recuadro anterior) y usará una variedad de técnicas para animar a los miembros del grupo a participar en discusiones o actividades y ayudarlos a aplicar el aprendizaje a sus vidas. Estas técnicas incluyen:

  • Pedir al grupo que presente y comparta información usando dibujos, diagramas o recursos visuales – sobre todo en los casos en que algunos miembros del grupo tengan bajos niveles de educación o alfabetización,
  • Dividir al grupo en grupos más pequeños para animar a los miembros tímidos a participar,
  • Usar la discusión y actividades de grupo que les permitan a los aprendices participar activamente en el proceso de aprendizaje,
  • Pedir al grupo que se ponga de acuerdo sobre algunas reglas básicas para la participación a fin de que cada persona se sienta con la libertad para compartir sus ideas.
  • Dar tareas particulares a las personas dominantes para permitir espacio a los demás para que participen aunque permitiendo a todos participar activamente,
  • Manejar los conflictos de una manera sensible y apropiada, para que las diferencias sean estimadas y respetadas.

Tales reglas pueden incluir no interrumpir, respetar los diferentes puntos de vista y ponerse de acuerdo en un número máximo de puntos que cada persona puede plantear en cualquier discusión. Si el grupo los acepta, habrán tomado estas reglas como propias y habrán compartido la responsabilidad para asegurarse que se cumplan.

Las dificultades que pueden enfrentar los facilitadores

El control, es una de las mayores dificultades que pueden enfrentar los facilitadores, es la tentación de tomar control de una discusión o proceso de cambio. Esto es a menudo producto de un deseo genuino de impulsar el progreso del grupo. Si estamos acostumbrados a un estilo de instrucción formal, y no hemos tenido la oportunidad de observar a facilitadores buenos en su trabajo, puede ser muy difícil cambiar nuestro enfoque para compartir las ideas.

Preguntas difíciles, Puede ser difícil de tratar con las preguntas de la gente. Los facilitadores pueden sentir que ellos deben tener todas las respuestas, puede faltarles la confianza en su propia habilidad para tratar con las preguntas sobre un asunto particular. Los facilitadores pueden simplemente decir que no saben bastante sobre una cuestión en particular, a fin de proporcionar una respuesta, pero que lo averiguarán antes de la próxima reunión. Es muy útil para ellos saber dónde encontrar más información. Los facilitadores también pueden utilizar la sabiduría y conocimiento de los demás miembros de la comunidad, fuera del grupo inmediato.

El manejo de conflicto A veces la gente tendrá ideas fijas y contradictorias sobre un asunto. Las malas relaciones dentro del grupo también afectarán la manera en que el grupo trabaja en conjunto. Un facilitador necesita ser sensible a las diferencias y tensiones, y animar a la gente a resolverlas mientras tiene presentes sus metas e intereses común.

Las habilidades de facilitación son esenciales para cualquiera que esté buscando conducir a los demás en un proceso de discusión participativa, aprendizaje o cambio. En una comunidad al facilitar con el apoyo en los procesos propios, se debe trabajar bajo los esquemas culturales e idioma de cada una de las nacionalidades y pueblos.

En conclusión, la facilitación consiste en potenciar a los demás, implica ceder el control sobre el resultado de un proceso y dar esa responsabilidad al grupo, esto muestra un compromiso sincero con el valor y potencial de la gente. Facilitar un proceso participativo tomará tiempo y paciencia, debe estar abierto a la constante preparación en mediación de conflictos.

Fuente: UASNET, Monografias, Wiki

jueves, abril 12, 2007

La conducta y la ética en las publicaciones Web


En el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, a la conducta se la define como una manera con que los hombres gobiernan su vida. La conducta del ser humano es definida desde su niñez, ya que es tomada de todo el medio que lo rodea.

Por tanto la conducta rige en todo el comportamiento del ser humano en la sociedad; en la era de la efervescencia de la Tecnología de Información y Comunicación TICs, se ha visto necesario acogernos a normas bàsicas de conducta y la ètica debido a que los sitios de publicación, como los casilleros electrónicos, blogger, paginas Web, espacios de comentarios y más herramientas de comunicación, se han convertido en espacios de discusión mal sana por parte de personas con poco sentido de responsabilidad, incluso en sus escritos han llegado a utilizar términos soeces que salen del sentido común de un comportamiento social bajo valores de ética y la moral, transformándose el material publicado en simple basura de la Web.

Me parece fundamental que el tema se trate con la importancia que amerita, debido a que se ha tornado en una verdadera lacra del entorno conversacional que está empezando a edificarse en la Internet, llegando incluso al estatus de preocupación y discusión colectiva de la nueva sociedad.

Para la publicación en la Web, no existen normativas de direccionamiento o reglamento, al contrario los únicos códigos que rigen son los códigos de conducta de la persona, que no son más que eso: códigos completamente voluntarios que no obligan a nada ni a nadie, pero cuando son suficientemente comentados y discutidos permiten que se vaya creando un cierto y muy necesario paso de concienciación, de sensación de “quién hace mal las cosas”.

La persona sin principios o con déficit de códigos de valores, empieza por un comentario descalificante ante una publicación, se sigue con lo directamente agresivo, y se acaba incluso en amenazas directas a fin de saciar su complejo psicológico. Un proceso similar que ya tuve el disgusto de experimentar en alguna ocasión y de poner en manos de la justicia ordinaria, que en el caso particular èsta ùltima desconocía sobre el funcionamiento básico de la comunicación con la optimizacion de las TICs, por tanto el fallo no fue tan imparcial como se lo hubiera querido.

El gran amigo Enrique Dans en su blog transcribe una publicación que Tim O’Reilly aunque en tono un tanto escéptico, los seis principios que se debe tomar en cuenta al momento de publicar un contenido o comentario en la Web:
  • Asume la responsabilidad no sólo por tus propias palabras, sino también sobre los comentarios que emites en tu blog.

  • Etiqueta tu nivel de tolerancia para comentarios abusivos.
    Considera eliminar los comentarios anónimos.

  • Ignora a los trolls. (un troll es una persona que busca intencionadamente interrumpir las discusiones en Internet).

  • Continúa la conversación fuera de Internet, habla directamente, o encuentra a un intermediario que pueda hacerlo.

  • Si conoces a alguien que se está comportando mal, hazlo saber.

  • No digas nada online que no podrías decir en persona.

Varios de los principios me evocan claramente el camino que he ido siguiendo mentalmente en los últimos tiempos y que me llevaron en su momento a escribir entradas progresivamente más duras y con respaldo de la fuente.

La aplicación de las normas de conducta en las publicaciones en la Web, lo estoy siguiendo con suma atención porque realmente creo que hablamos de algo muy importante, de sentar las bases para crear un entorno de conversación con unas reglas razonables en la red. Me niego a aceptar el derrotismo del “siempre ha sido así”, “siempre ha habido trolls” o “es parte de la naturaleza humana”. Se trata de un comportamiento asqueroso, repugnante y de cobardes de las personas con complejos psicológicos que hay que eliminar.

Se hace necesario dotar de lógica y de una base los comportamientos defensivos de quienes tenemos un sitio en la web y pretendemos defendernos de aquellos que no aspiran más que a llenarlo de porquerías. El código de conducta pone una necesaria discusión encima de la mesa, y en ese sentido, me parece muy, pero que muy recomendable tomar una actitud proactiva y de apoyo al mismo.

Mediante el desarrollo de un código ético que los bloggers (Comentaristas o autores de publicaciones) se pretende que ellos mismos hagan responsables de mantener limpia su casa. El código ético es para promover una discusión (cosa que estamos haciendo y me parece muy positiva), para reflexionar sobre el tema, y para proporcionar herramientas que justifiquen la acción de quien quiere borrar un comentario, ignorar a un troll, afear un mal comportamiento, etc. agarrándose a algo que ha sido consensuado por un grupo de personas a cuyo criterio, por lo que sea, otorga validez.

Una casa llena de basura no te inspira a mantenerla limpia. En algunos medios y páginas es ya imposible comentar sin que te caiga encima un aluvión de descalificaciones e insultos. El trollismo impide el desarrollo de verdaderas conversaciones, de genuinos intercambios de pareceres que podrían ser muy fructíferos.

A nuestro criterio la no utilización de las normas de conducta en las publicaciones se transforma en un verdadero CRIMEN contra la sociedad conversacional. Un crimen contra el que no se puede - ni se debe - luchar con las armas de la ley, salvo cuando se llegue a la difamación, la calumnia, la amenaza u otros delitos que ya estaban tipificados antes de existir Internet, y cuya naturaleza no ha cambiado por existir éste.

Me sigue pareciendo perfecto que se desarrolle un código ético y precisamente por su propia naturaleza: voluntaria, de referencia, de marco conceptual. Nunca de ley. Ni mucho menos de censura. En adelante si participa en una publicación Web, no olvide aplicar los códigos éticos que en esencia son adquiridas en el hogar y la familia.

Fuete: censorship, ethics code, Jim Wales, OReilly, participation, trolls Definición.org.

lunes, abril 02, 2007

El Grupo Intergubenamental sobre el Cambio Climático (IPCC)


Esta semana en el blog de Genciencia, recoge la publicación del Grupo Intergubenamental sobre el Cambio Climático (IPCC), sobre un estudio realizado sobre los cambios climáticos, cuyas conclusiones no podían ser más pesimistas: “en el 2050 habrá millones de refugiados como consecuencia de las inundaciones y las sequías”.

Por poco alentadoras que resulten estas predicciones de futuro, hay que decir que el IPCC posee un alto grado de credibilidad. Según su actual modelo, el IPCC no realiza investigaciones propias, sino que se preocupa de examinar trabajos científicos realizados en todo el mundo, a partir de los cuales publica periódicamente informes de evaluación, informes especiales y documentos técnicos.

Se considera que las observaciones del IPCC son el reflejo de cierto consenso científico mundial y tienen un carácter apolítico; resultando, de esta manera, útiles como contrapeso en el debate sobre cómo actuar frente al cambio climático, muy condicionado por intereses políticos y económicos.

El IPCC se creó en 1988 por iniciativa de la Organización Meteorológica Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Desde las décadas de 1960 y 1970 se estaba exigiendo algún tipo de intervención internacional tras las primeras sospechas del aumento de las concentraciones de dióxido de carbono en la atmosfera.

Hasta el momento, el IPCC ha publicado cuatro informes. El primero, en 1990, confirmaba la evidencia científica del cambio climático y sirvió de guía para la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. El segundo, en 1995, ponía en evidencia la influencia de la actividad humana sobre el clima y fue decisivo para las negociaciones que impulsaron en 1997 el Protocolo de Kyoto. El tercero, en 2001, confirmaba la relación entre la actividad humana, el efecto invernadero y la alteración del clima, presentando detalles de sus efectos en las diferentes regiones mundiales.

El último informe fue presentado en febrero de este año en París. Según éste, el calentamiento climático de la Tierra es irreversible debido a las emisiones de gases de efecto invernadero en la era industrial, y en función de la acción humana la subida se situará este siglo entre 1,8 y 4 grados, aunque no se puede descartar otra horquilla más amplia de 1,1 a 6,4 grados.

Los informes del IPCC, así como cualquier otra previsión argumentada sobre el futuro, deben interpretarse como advertencias. Nuestro futuro más próximo será mejor o peor, pero seguro que estará muy relacionado con nuestra capacidad para construir un presente adecuado.

Fuente:
Más información
Conclusiones del último informe del IPCC (2007)
Más información Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático
Genciencia Nuevas alarmas sobre el cambio climático