Los pueblos ancestrales de las Américas como una cultura viva, para su comunicación desarrollo el lenguaje e idioma, y para la documentación utilizaban símbolos o códigos propios. Los rasgos plasmados en los petroglifos de sus fortalezas hoy convertidas en ruinas, permiten conocer la historia de esos pueblos ancestrales.
Los españoles o conquistadores de las Américas, utilizaba códigos de comunicación diferente a la de los pueblos ancestrales, tanto a nivel oral (idioma) como para la documentación (escritura), imposibilitando el entendimiento entre las dos culturas; situación que se empeoraba aún más cuando que el nivel académico cultural de algunos visitantes fue deficiente o nulo, que incluso en su país eran considerados como antisociales. El marcado desconocimiento e ignorancia de los “conquistadores” sobre la cultura y la ciencia ancestral, llevaron ejercer la fuerza bruta y la astucia como medio para el dominio y represión para el saqueo de las alhajas de sus fortalezas, cuya ambición incluso les hizo cometer el más grande etnocidio conocido por la historia, y la destrucción masiva de documentos historicos de un pueblo milenario.
Cuando un pueblo o una sociedad se ve agredido, trata de convertir sus códigos de comunicación en lo más sencillo y complejo posible , y así actuó los pueblos ancestrales de las Américas, llegando a reducir sus códigos de comunicación y documentación a la expresión oral. Mientras que los conquistadores con el uso abierto de sus códigos de comunicación, documentaban la “historia”, visibilizada desde solo una óptica, historia que incluso la estudiamos en nuestros centros educativos; bajo este fundamento se ha conceptuado a los pueblos ancestrales como una “cultura oral”.
Las poblaciones ancestrales al ser vencido y reprimido, buscaron salvaguardar su ciencia, ingeniando nuevas maneras de documentar, y lo hicieron a través de un “Yachac”, que consistía en seleccionar, capacitar y adiestrar a un personaje de rasgos y características especiales, a la que lo encargaban el memorizar los conocimientos cientificos, la historia de su pueblo vivo, y transmitirla a las nuevas generaciones de la manera más exacta posible. La constante lucha de los pueblos ancestrales, han logrado liberar de los opresores, y reivindicarse a la sociedad mundial como una cultura viva, es así que los estados o pueblos en sus leyes lo consagran como individuos libres y con libertad a pensar y actuar. Frente a estos logros, el uso de la escritura se torna primordial para la documentación de la historia de un pueblo, y que la nueva generación cuente con archivos de nuestros procederes, logros o fracasos actuales como cultura de un pueblo viviente… y creo que es así, a pesar que se escucha todavía voces sueltas de individuos que se jactan de que los indígenas son una “cultura oral”.
En conclusión, como individuos conocedores de los códigos de comunicación y documentación, es primordial escribir la vivencia de los pueblos indígenas en su propio idioma desde el mejor ángulo de la verdad posible. No sería adecuado seguir pensando que el pueblo indígena es “cultural oral”, si lo pensamos así, a mi criterio estamos practicando la “cultura de la vagancia”, al no querer trabajar y documentar nuestra propia historia a pesar de saber escribir y haber aprendido nuevos códigos de comunicación.
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